¿Por qué se debe hidratar la piel?
En mayor o menor medida, todos tenemos piel seca en alguna parte de nuestro cuerpo. Como ya os hemos contado en alguna ocasión, la sequedad manifiesta la falta de hidratación, y eso se debe, en definitiva, a la pérdida de agua de las capas profundas de nuestra piel.
Cuando nos centramos en la piel de nuestros rostros es muy frecuente que en algunas zonas (sobre todo la famosa ‘Zona T’ o la barbilla) tengamos la piel grasa, lo cual no es incompatible con que en otras zonas de nuestro o rostro o incluso en las propias zonas grasas suframos falta de hidratación.
Los motivos por los que se reseca la piel puede y suelen ser externos debido a numerosísimos motivos ambientales: calor, frío, cambios estacionales, aire, agua caliente, rayos ultravioleta, jabones demasiado agresivos, etc. Pero también puede deberse a motivos de origen interno como puede ser la propia carga genética, la falta de ingesta de agua, el tabaco, hormonas del embarazo o la menopausia, etc.
Y por extensión, otro de los motivos es la falta de un tratamiento preciso para tratar las pieles secas que se adecue a nuestro caso particular. te resumimos en cuatro claves la importancia de utilizar crema hidratante para pieles secas:
La piel se deshidrata porque se destruyen las capas lípidas naturales de la dermis, por lo que es conveniente aplicar ingredientes que creen una capa protectora similar a modo de barrera sustitutiva como la manteca de karité, la glicerina o aceites de parafina o lanolina, aceite de Argán, de almendras, de jojoba, urea, etc.
La deshidratación es el principal motivo del envejecimiento de la piel: la sequedad, las rojeces, los picores… todos esos tipos de afecciones faciales son consecuencia directa de la falta de hidratación que, con el tiempo, se agravan y se convierten en manchas y arrugas.
Las molestias anteriores acaban a veces deteriorando en enfermedades de la piel como la psoriasis, la dermatitis atópica y la xerosis, directamente relacionadas con la falta de hidratación de la piel.
Dos tercios de la piel son agua, por lo tanto, al perderla perdemos elasticidad, su tono natural, y en definitiva, su salud. Aunque tengamos zonas grasas en nuestro rostro puede que tengan falta de hidratación, así que no solo vale con limpiar la piel: también hay que hidratarla. Se debe cuidar la alimentación para lograrlo ya que también son muy importantes los nutrientes que ingerimos en nuestra dieta, y complementarlo cada día con un tratamiento tópico (aconsejable de forma emoliente) que sea capaz de profundizar a las zonas más profundas de la piel.