#Issue 69: La puerta del infierno.
A media hora de casa o al otro lado del planeta. Existen miles de bosques, montañas, mares ríos, ciudades y, en definitiva, espacios fascinantes que conocemos de oídas o que, como es más probable, no conocemos. Están ahí y son muchos más de los que pensamos. Nosotros tampoco los conocemos (aunque nos gustaría), así que nos hemos puesto a investigar para descubrir espacios en los que perderse para hacer con vosotros un breve pero intenso viaje a través del poder de la evocación. No os asustéis pero esta semana os llevamos a la puerta del mismo infierno.
Normalmente os hablamos de lugares que incitan al relax, a la calma, y no es que el fenómeno de la naturaleza del que hablemos hoy no sea digno de mención, pero precisamente relajante no es. Aunque por su espectacularidad y la impresión que causa no nos podemos resistir. Y no os asustéis porque de momento, no es peligroso.
Se trata de un pozo o cráter del volcán Darvaza, pero por motivos obvios comprenderéis que más comunmente sea conocido como... la puerta del infierno. No se trata de la boca de un volcán sino de la consecuencia de un "accidente" durante unas obras de prospección de gas natural en época soviética. En Turkmenistán, donde se encuentra, hay leyendas e intentos de apagar la puerta del infierno, porque en realidad es una cueva muy rica en gas natural que, tras descubrirla y creer que expulsaría gases peligrosos, prendieron fuego y desde entonces arde sin muchos visos de que se apague ni aún intentándolo.
Este agujero de 20 metros de profundidad y 20 de diámetro lleva 40 años ardiendo... y los que le quedarán.
//R.
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